Tercer día en el preescolar


El día de hoy fue muy diferente a los dos días anteriores, la maestra me explicó que cada miércoles los alumnos de tercero tienen activación física, por lo que a la hora de la entrada se pasaban al preescolar los alumnos junto con alguno de sus padres.
Ya que estaban la mayoría de los papás, la maestra de educación física puso música y comenzó a dar las indicaciones de los movimientos que harían padres e hijos. Realmente fue muy poco el tiempo asignado para esta actividad, no duró más de 15 minutos.
Una vez terminada la activación, los niños se despidieron de sus papás y subieron a sus respectivos salones mientras los padres se quedaron abajo recibiendo avisos relacionados con la entrada de los calores, por ejemplo que por favor les mandaran diario a sus hijos por lo menos una botella de medio litro de agua para que se estén hidratando durante el día, entre otros avisos.
Al regresar al salón, las mesas estaban acomodadas en círculos y tenían varios libros en las mesas, con los cuales los niño debían sentarse en el lugar que les indicara la maestra y tenían que ver todos los cuentos que se encontraban en su respectiva mesa. 

 

Después del tiempo asignado para esta actividad los niños guardaron todos los libros en su debido estante y sacaron su comida para desayunar, pero como después del desayuno seguía la clase de educación física, la maestra les dio un pequeño reposo para que se les bajara la comida antes de irse a la siguiente clase. 
Ya estando en clase de educación física, la maestra loes puso la canción de la patita Lulú para que los niños calentaran los músculos y después les pidió que fuera cada quién por una cuerda. Primero comenzó con ejercicios de saltos simples, pero después los puso a brincar la cuerda ahora si como debe de ser.
Imagen relacionadaResultado de imagen para niños animados brincando
Se me hacía muy gracioso ver como casi nadie sabía brincar la cuerda, y los que sí sabían me decían "Mire maestra, yo si sé", y empezaban a brincar en frente de los demás para que los vieran. Finalmente terminé brincando con todos para ayudarles  a los que no sabían, aunque mi objetivo no se cumplió, pues no logré que la brincaran bien.
Cuando regresamos al salón, la maestra dio la indicación de que todos se sentaran y guardaran silencio, pues algunos de los niños iban a exponer. 
Me sorprendieron mucho los resultados de las exposiciones porque aunque los que exponían se ponían nerviosos, sabían perfectamente de lo que estaban hablando y si los demás compañeros hacían alguna pregunta acerca de la exposición, ellos a su manera les contestaban algo que efectivamente estaba bien, además de que todos los niños estaban atentos y participativos.






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